Psalms 104:4-20

4Que hace de los vientos Sus mensajeros a,

Y de las llamas de fuego Sus ministros b.

5Él estableció la tierra c sobre sus cimientos,

Para que jamás sea sacudida.
6La cubriste d con el abismo como con un vestido;

Las aguas estaban sobre los montes.
7A Tu reprensión huyeron e,

Al sonido de Tu trueno f se precipitaron.
8Se levantaron los montes, se hundieron los valles,

Al lugar que Tú estableciste g para ellos.
9Pusiste un límite que no pueden cruzar h,

Para que no vuelvan a cubrir la tierra.

10Él hace brotar manantiales en los valles i,

Corren entre los montes;
11Dan de beber a todas las bestias j del campo,

Los asnos monteses mitigan su sed k.
12Junto a ellos habitan las aves de los cielos l,

Elevan sus trinos entre las ramas.
13Él riega los montes desde Sus aposentos m,

Del fruto de Sus obras se sacia la tierra.

14Él hace brotar la hierba n para el ganado,

Y las plantas o para el servicio del hombre,

Para que él saque alimento de la tierra p,
15Y vino q que alegra el corazón del hombre,

Para que haga brillar con aceite su rostro r,

Y alimento que fortalece el corazón del hombre s.
16Los árboles del Señor se sacian,

Los cedros del Líbano que Él plantó,
17Donde hacen sus nidos las aves t,

Y la cigüeña u, cuya morada está en los cipreses.

18Los montes altos son para las cabras monteses v;

Las peñas w son refugio para los tejones x.
19Él hizo la luna para señalar las estaciones y;

El sol z conoce el lugar de su ocaso.
20Tú ordenas la oscuridad y se hace de noche aa,

En ella andan todas las bestias del bosque ab.
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